El imperio español
“El Imperio en el que nunca se pone el sol.” 20 millones de kilómetros cuadrados, el 13% de la superficie terrestre total. Uno de los imperios más grandes de la Historia edificado durante casi 3 siglos. Carabelas, Cervantes, oro. MUCHO ORO El primer imperio global de la historia parecía no tener fin… Hasta que lo tuvo Os vamos a explicar por qué entró en crisis el imperio hispánico. Es un tema muuuy complejo y en el que existen teorías e interpretaciones muy diferentes y digamos… no demasiado objetivas. Una parte del nacionalismo español ha fundamentado la idea de nación española en este imperio. Otros países, como los ingleses, han creado una leyenda negra en torno a este período. Así que es un tema muy distorsionado por los distintos intereses nacionalistas de uno y otro lado. Así que como ¡¡Pongamos un poco de ciencia en todo esto!!
Como os habréis dado cuenta he dicho imperio hispánico en lugar de imperio español. ¡Contextualicemos!
Historia del imperio español
Finales del siglo XV, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, los Reyes Católicos vaya, se casan. Produciendo así la unión dinástica de las dos Coronas (Castilla y Aragón). Sin embargo, los distintos reinos mantuvieron su propia administración bajo la misma monarquía. Tenían monedas distintas, leyes distintas, instituciones distintas, incluso una política comercial diferente: ¡La corona de Aragón NO podía comerciar con América! Castilla era la que tenía el monopolio comercial.
España no existió como estado unificado, y mucho menos como nación, hasta después de que fracasara el proyecto imperial hispánico. Así que hablar de imperio español es algo impreciso, y la mayoría de historiadores prefieren hablar de “monarquía hispánica” o de “proyecto imperial hispánico”, para evitar confusiones.
Muy bien, ahora es cuando viene la tralla. Preparaos que vienen curvas. Para entender la cuestión, hay que explicar la diferencia entre dos conceptos: el de imperio-mundo y el de economía-mundo. IMPORTANTE¡Retened esta vaina en vuestra mente! Estos dos conceptos, creados por el sociólogo e historiador Immanuel Wallerstein, se refieren a dos sistemas distintos de organización política y económica de una determinada sociedad.
En un imperio-mundo, la conexión entre las actividades económicas cotidianas -los intercambios, la producción, etc.- se realizan dentro de las fronteras de una misma unidad política: el imperio, y el contacto económico con otras unidades políticas es muy reducido y se limita al intercambio de bienes exóticos y de lujo, no a bienes de uso cotidiano. Es decir: lo que une al mundo es el imperio. Todo ocurre dentro del imperio.
Mapa del imperio español
En cambio, una economía-mundo es un sistema donde las actividades económicas, los intercambios, abarcan un área en la que existen distintas unidades políticas, distintos estados. Es decir: Lo que une al mundo es la economía. El comercio ocurre entre diferentes estados.
Un ejemplo típico de imperio-mundo sería el Imperio Romano, y un ejemplo típico de economía-mundo sería el sistema capitalista actual, donde diariamente consumimos mercancías producidas en otros países. Todo
¡¡¿Y qué tiene esto que ver con el imperio hispánico JODER?!! Tranquilidaaad, ahora lo veréis.
Lo normal en la historia, es que las economías-mundo sean frágiles, duren poco tiempo y acaben siendo sustituidas por un imperio-mundo que las absorbe Y eso es lo que parecía que iba a suceder en el siglo XVI en Europa. Aunque existían diferentes Estados (Francia, las repúblicas italianas, Inglaterra, Portugal, Castilla, Aragón…), existía un contacto económico permanente entre ellos, sobre todo centralizado y dinamizado por Génova y Venecia en Italia, Amberes en Flandes (en la actual Bélgica), así como Lisboa y Sevilla, ciudades desde las que fluían los metales preciosos de América y África. La fuerza de Castilla tras culminar su “reconquista” y, más adelante, su papel dominante en este flujo de metales, le permite adoptar una posición de fuerza que conduce a progresivas alianzas dinásticas, primero con la Corona de Aragón, como hemos visto antes, y después con la casa de Habsburgo, dominante en Austria y con posesiones en Europa central. La elección en 1520 de Carlos I como emperador de los principados alemanes es la culminación de este proceso de concentración territorial.
Es en ese momento cuando empieza el proyecto de Carlos I de convertir la incipiente economía-mundo europea (poner algún mapa con varios estados con diferentes colores o banderas cada uno comerciando entre sí) en un imperio-mundo (Poner el mapa todo de un mismo color bajo la bandera de la cruz de Borgoña. Vamos, conquistar prácticamente todo el puto mundo.
Sin embargo, esto no va a ser tan fácil…El mundo europeo es mucho más complejo que en el pasado, y ha sido capaz de crear otras potencias importantes. La Francia de Francisco I, que también desarrollará su propio proyecto imperial, mucho más débil, supuso un obstáculo permanente a las intenciones de Carlos I. Así, durante cinco décadas se vivió una situación de guerra casi permanente entre Francia y la monarquía hispánica por el control de distintos ducados italianos, en la que ambas potencias se desgastaron y agotaron.
Cada vez sería más evidente que ninguna de las dos potencias lograría convertir Europa en un imperio-mundo, y sin embargo la monarquía hispánica no renunció al proyecto imperial hasta 1640, cuando finaliza la Guerra de los Treinta Años. Esta guerra fue el último y desesperado intento por crear ese imperio, y acabó enfrentando a la monarquía hispánica con Francia, Inglaterra, Escocia, las Provincias Unidas (actualmente Holanda), Suecia, el reino de Dinamarca y Noruega, y Bohemia. La derrota hispánica condujo al reconocimiento de la independencia de las Provincias Unidas (Holanda) y a numerosas pérdidas territoriales en beneficio de Francia y Suecia. ¿Pero por qué? ¿Por qué el gran imperio hispánico fue derrotado, el imperio por el cual nunca se pone el sol? Avancemos antes de intentar responder a esta pregunta.
Caída del imperio español
A partir de este momento, Europa se articula de manera irreversible como una economía-mundo ¡Este modelo VENCE frente al sistema imperio-mundo! Y ESTA es la clave, amigos. Gracias a su victoria, el centro hegemónico durante el siglo XVII será Holanda, que desarrollará por primera vez una economía comercial, financiera e industrial. Aunque la monarquía hispánica siguió manteniendo sus posesiones en América, su función dejó de ser la de financiar un proyecto imperial. A partir de ahora, el papel del “imperio” hispánico fue el de servir de intermediario con el auténtico centro económico: Amsterdam. Así, Castilla utilizó los metales preciosos provenientes de América para pagar los intereses de los préstamos contraídos durante las guerras (en muchas ocasiones hubo incluso que declarar la bancarrota) y para comprar productos manufacturados a los países centrales (primero las Provincias Unidas, luego Inglaterra). Paradójicamente, la llegada de metales, antes la principal baza del proyecto imperial hispánico, a partir de 1640 únicamente sirve para garantizar a Castilla una posición semiperiférica en ese nuevo sistema economía-mundo europeo.
Es decir, Castilla se convierte en intermediaria entre la extracción de recursos de la periferia: las colonias americanas, y la compra de manufacturas del centro: Holanda e Inglaterra. Castilla ya no es capaz de hacer frente al nuevo sistema, a la nueva Europa. Mientras que Castilla sustrae las riquezas de América, estos países se quedan con las mismas, al tiempo que desarrollaron sus fuerzas productivas, desarrollan su industria, progresan y se modernizan.
Esta transformación también provoca cambios en la organización interna de la monarquía hispánica, que de monarquía imperial (modelo que permite en su interior, e incluso necesita, la diversidad legal, económica y cultural) debe reconvertirse en una monarquía estatal (que necesita la máxima unidad legal, económica, etc. en su interior). De esta manera, se producen movimientos centralizadores, que acaban suprimiendo en 1714, tras la Guerra de Sucesión, las leyes y derechos propios de los reinos de la Corona de Aragón. Además, la Guerra de Sucesión provoca definitivamente la pérdida de importancia internacional de la monarquía hispánica, que queda sometida a Francia, y que se ve obligada a aceptar numerosas renuncias comerciales, económicas y territoriales (Gibraltar, Menorca…) en beneficio de Inglaterra.
Bandera del imperio español
¡Y efectivamente! Es aquí, en este momento, cuando la partida se acaba definitivamente para el imperio hispánico. Es en este momento cuando se puede hablar de España como estado unificado. Así, paradójicamente, es la renuncia al proyecto imperial, tantas veces utilizado por el nacionalismo español, lo que permite que España empiece a existir como estado y, un siglo después, como nación.
¿Y por qué? Es complicado responder a esta pregunta. Pero simplificando y tratando de llegar a una conclusión, digamos que ese sueño de un todopoderoso imperio engullendo al mundo entero (que posteriormente fue retomado por otros, con iguales resultados), era un sueño sencillamente inviable. Ese modelo de organización política y económica no estaba acorde con la realidad y complejidad de un mundo en evolución, que estaba desarrollando ya una nueva economía comercial, financiera e industrial. Mientras unos se preocuparon por ser un estado hegemónico dentro de ESA economía-mundo llena de muchos otros estados, otros solo se preocuparon por jugar al Risk en un mundo en el que ya no era posible abarcar toda esa complejidad bajo un solo estado.
Congratulation!